A ver cómo hacemos esto sin que parezca trillado:
Miro al vacío. Suspiro. Te pienso.
Pero no me domina la ansiedad. Al contrario, ya te dije, "me das paz".
Esa que la gente se pasa media vida buscando y la otra media pensando en que no existe. Esa, cuya apariencia se esconde tras falsos ídolos.
Esa, la cual creía inalcanzable para una persona tan rota, como yo.
Y aquí está.
Me la has regalado, sin darte cuenta.
Me has enseñado a mantenerla, sin percatarte.
Porque qué fácil haces que parezca todo,
contigo.
Conmigo.
De nuevo suspiro, te pienso y sonrío.
Porque contigo no dudo,
hago camino.
Y quizás suene a demasiado.
Pero qué coño, yo es que soy demasiado.
Y, ¿sabes qué?
Así está bien.