martes, 27 de septiembre de 2016

Sunday drivers II-I

Y me susurras al oído los domingos que nunca terminan.
Y aunque no lo recuerde,
no puedo olvidar la sensación.
Esa que me da al mirarte cuando estás al otro extremo de la plaza.
O cuando apareces sonriendo al llegar tarde.

Qué lucha tan interna llevo yo.

Que digo que te quiero
y por dentro pienso: mierda.

Yo que no me quería liar nada más que en un bar...

Pero no me lo expliques.
Y menos un domingo eterno,
de esos de los que no me acuerdo,
pero mataría por volver a tener.