martes, 27 de septiembre de 2016

Sunday drivers II-I

Y me susurras al oído los domingos que nunca terminan.
Y aunque no lo recuerde,
no puedo olvidar la sensación.
Esa que me da al mirarte cuando estás al otro extremo de la plaza.
O cuando apareces sonriendo al llegar tarde.

Qué lucha tan interna llevo yo.

Que digo que te quiero
y por dentro pienso: mierda.

Yo que no me quería liar nada más que en un bar...

Pero no me lo expliques.
Y menos un domingo eterno,
de esos de los que no me acuerdo,
pero mataría por volver a tener.


jueves, 7 de julio de 2016

El que espera...

Y aquí me encuentro,
rebuscando entre mis raíces.
Intentando delinear un patrón.
Una norma,
a la que desobedecer.

Algo,
que me diga que nunca fui pura,
más allá de lo que solemos entender.

Que me justifique este anhelo y a la vez esta quietud,
y empezar a desesperar,
en la tierna levedad del ser.

Que llevo dando tumbos bastante tiempo, y no encuentro un buen lugar para apoyarme,
más allá de la barra del bar.
Sucia.
Mojada.
Hambrienta.

Dejemos de personalizar.

Y es que no espero que hayas venido para quedarte.
Para amarrarme.
O destaparme.

Tan sólo quiero dejar de esperar.

Desesperar.
  

lunes, 4 de julio de 2016

Re-Vuelta

Con el miedo al folio en blanco.
Así me desperté de mi letargo.
Abrupta,
y sin saber qué contar.

Llevo meses pensando a dónde se fue mi inspiración.
Si es que la aspiré en un espejo partido en la okupa de siempre.
Que no es la de siempre.

Y sigo pensando.

Y dando vueltas, de lado a lado.
Cada uno con su plato cuadrado.

Modificando y recordando.

Y es que estoy como si no me importase nada, pero importándome todo a la vez.
O haciendo la Luz Casal.
Una vez más.

Quizás es el momento de canjear todos esos billetes que guardo,
enrollados,
arrugados,
agujereados y descoloridos...

Y dejar de recordar.