martes, 30 de diciembre de 2008

Casiveintidósprimaveras


Siento un dolor dentro de mi que no me deja respirar. De esos que necesitan reposo, tranquilidad, oscuridad y música agradable. Pero de todos es sabido que no me gusta ninguna de esas cosas. Hago como que estoy bien y me voy camino del bar más lejano (el más cercano tiene un raro olor a gamba frita).

Y es que hacer como que estoy bien es mi especialidad. Lo de sonreir y aparentar va conmigo incluso fuera de estas maravillosas fechas.
Quizá es que no me aprendí bien los mandamientos del egoísmo emocional que siempre proclamo... o quizás es que pienso que la autosuficiencia está infravalorada.
O qué se yo.

Dentro de día y medio recibiré un millar de tirones de oreja y sólo me apetece esconderme debajo de la manta que hay arrugada en mi cama y tomarme la medicación que no me hace efecto alguno.
Los gracias, ya ves y oir los ay que ver lo que has crecido nunca han ido conmigo. Ni eso, ni los polvorones rancios después de comer.




*Dedicado con ternura a mi inspiración de hoy :)

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Por las 22 primaveras no te preocupes, terminan pasando como un resfriado y te lo dice uno con 24. Con respecto a los polvornes rancios, tendrás que buscar una solución antes de que terminen con tigo.

fag dijo...

yeah, felicidades tal cual bla bla ¿puedo meterme contigo debajo la manta arrugada de tu cama y tomarnos juntos la medicación que no hace efecto?
gracias por lo del libro [pelotapelotapelota!!] pero está en catalán, no sé si lo entenderías -no sé de dónde eres.

besooos!