No me acordaba de lo dura que es la vida los lunes por la mañana. Cuando tienes que volver a la rutina semanal, ponerte ropa decente, echar de tu cama al tio de fin de semana (y medio pulmón al toser). Las vacaciones, que duran muy poco. Y menos si no te das cuenta de en qué puto día vives, no sabes cuándo anochece ni cuándo amanece y en la habitación conviven un montón de ropa sucia, un montón de libros por leer (por afición) y un montón de envoltorios de condones.
Bueno, quizá exageré en lo del montón de libros (mueca irónica).
Y te das cuenta de que los lunes deberían ser otro domingo más. Y quizá es por la edad. Que el cuerpo ya no tiene tanto aguante o que estamos mu quemaos.
Pero en el fondo da igual. Es de esas pocas cosas que merecen la pena. Esto, mirar por la ventana con un capuccino caliente, contar batallitas y hacer como que las cosas no importan cuando de verdad te estas mordiendo las uñas desconchadas de esmalte negro.
Y ojo, que no son los nervios.
Será la ansiedad dominguera de lunes.
O no.
2 comentarios:
¿a mí también me echarías de la cama?
yo llamaría a tu jefe/a y le diría que tenemos más condones por gastar, que se joda un rato (mueca de ironía)
mua!
Mujer piensa que igual eso es bueno, que el tiempo es lo último que te importa! No te verás condicionada por él, que suele ser bastante agobiante. Aunque si te pones cabezota te regalaré un reloj de arena que son muy chulos oiga!!
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